La Consejería de Turismo, Cultura y Medio Ambiente está desarrollando trabajos de prevención de incendios y aprovechamiento de la biomasa en 391 hectáreas del término municipal de Mula. Estas acciones, enmarcadas en el Plan Forestal de la Región de Murcia, se suman a otras dos en montes públicos de Caravaca de la Cruz y Cehegín que suponen una inversión total superior a los 1,4 millones de euros y actuar en 765 hectáreas.
La directora general de Medio Natural, Consuelo Rosauro, visitó hoy los trabajos que se están desarrollando en Mula y que se centran en los montes públicos Umbría de Sierra Espuña y sierra de Pedro Ponce, donde se extraerán 7.463 toneladas de biomasa mejorando la salud de estas zonas arboladas y reduciendo los riesgos e impactos de posibles incendios.
"Estas labores de gestión forestal que realizamos en Mula reducen la densidad de vegetación para favorecer el crecimiento general de las masas forestales, a la vez que se disminuye el riesgo de incendio. Se trata de mejorar la salud de los montes, además de generar una actividad productiva y generadora de empleo", indicó Rosauro.
En concreto, la inversión en el término municipal de Mula asciende a 687.660 euros, de los que 463.457 euros financia el Gobierno regional y el resto se genera de la enajenación de la biomasa extraída en las labores de mejora de estos montes públicos. Asimismo, estas dos actuaciones, que cuentan con financiación de los Fondos Feder de la Unión Europea, también suponen la mejora de casi 25 kilómetros de caminos.
Mejora del entorno
Los trabajos de prevención de incendios con aprovechamiento de la biomasa incluyen la mejora de la flora y fauna silvestres, la protección frente a riesgos erosivos, la prevención contra los incendios forestales, la restauración y mejora selvícola y ecológica de la cubierta forestal, los tratamientos selectivos y lucha biológica frente a agentes nocivos, el fomento del uso social y paisajístico y la productividad forestal.
La actuación consiste en la eliminación de los pies sobrantes, debilitados, dominados o defectuosos de árboles, lo que se traduce en una disminución de la competencia de los ejemplares por el agua, los nutrientes y la energía, mejorando de este modo el estado vegetativo general de las masas forestales, favoreciendo su mayor desarrollo y reduciendo el riesgo estructural de incendios forestales.
Además, la modificación de la estructura y composición de la vegetación en torno a las pistas forestales tiene la doble finalidad de dificultar la propagación del fuego en caso de incendio y de servir como punto estratégico para facilitar las tareas de extinción.